04 noviembre 2010

¿QUE ESPERAMOS DE CANCUN?

En diciembre de este año se realizará en la ciudad de Cancún (México) la Conferencia de Países de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP16. La COP15 realizada en Copenhague tuvo como trágico resultado el no haber generado acuerdos que permitan afrontar de manera
contundente las causas y los impactos del cambio climático.

A lo largo de 2010 se desarrollaron varias sesiones de negociación entre representantes de países buscando llegar a acuerdos a ser consolidados en Cancún, pero los resultados no son esperanzadores.

Entre tanto el calentamiento global continúa con impactos notables en el mundo. El Cuarto Informe sobre Cambio Climático del Grupo Intergubernamental de Expertos de Naciones Unidas (IPCC) manifiesta que el incremento de temperatura está generando desaparición de hielos marinos, probables aumentos de intensidad de ciclones, aumento de precipitaciones en latitudes altas y disminución en las regiones subtropicales, sequias e intensificación de olas de calor en las regiones secas y semiáridas, reducción de la productividad, incremento de la mortalidad y morbilidad endémicas, pérdida de biodiversidad, en fin.

El IPCC estima un incremento de emisiones mundiales de entre 25% y 90% de Dióxido de Carbono (CO2) entre 2.000 y 2030 bajo el supuesto que los combustibles fósiles sigan siendo dominantes en la economía. Con el ritmo y volumen actual de emisiones existe un 50% de probabilidad que la temperatura supere 3°C y no los 2°C comprometidos en el llamado “Acuerdo de Copenhague” promovido por países desarrollados.

M. Khor afirma que para tener un 67% de probabilidad de llegar a una temperatura menor a 2° entre 2010 y 2050 el espacio atmosférico toleraría una carga total de emisiones de 750 Gigatoneladas (GT) de CO2, no obstante, los países desarrollados, con las ofertas de reducción de emisiones que han hecho hasta el 2020, emitirían 133 GTCO2 por decenio, con ese ritmo, en 4 decenios, emitirían 532 GTCO2, ocupando el 70% del presupuesto de carbono disponible. Una distribución equitativa del presupuesto de carbono citado, implicaría que los países desarrollados emitan en 40 años sólo 120 GTCO2 en proporción al 16% de la población mundial habita en ellos; los países en desarrollo deberían emitir 630 GTCO2 para mejorar sus condiciones de desarrollo económico.

Los países desarrollados han ofrecido 100 billones de dólares para el 2020 y 30 billones entre 2010 y 2012 (10 billones por año) para financiar acciones de adaptación y mitigación, no obstante no han podido comprometer siquiera 3,5 billones en 2010. Lo cierto es que los requerimientos de financiamiento son mucho mayores; algunas investigaciones han planteado que sólo para mitigación se debe invertir anualmente aproximadamente el 3% del PIB mundial, más de 2 trillones de dólares. El costo social del carbono será mayor que el costo necesario para la adaptación y la mitigación. Si no se toman medidas, la inacción puede implicar costos que superen el 20% del PIB mundial. Sin embargo, se gasta más en destruir seres humanos que en combatir al cambio climático; según J. Stiglitz la guerra de Irak le ha costado a los Estados Unidos 3 trillones de dólares, es decir, 3 millones de millones de dólares.

Lamentablemente se escucha de varias delegaciones que deberíamos esperar de Cancún solamente una suerte de hoja de ruta y una “Decisión” de proceso para seguir negociando a lo largo de 2011 hasta la COP17 a realizarse en Sudáfrica en diciembre de ese año.

¿Que esperamos de Cancún? Entre varias decisiones, las siguientes:
• El reconocimiento de los derechos de la madre tierra y la armonía con la naturaleza.
• El establecimiento de un sistema de justicia climática con un tribunal para juzgar a los estados que no cumplen con sus obligaciones establecidas en el marco de instrumentos jurídicos vinculantes.
• Un segundo período de compromisos en el marco del Protocolo de Kioto, con reducciones domesticas efectivas, sin usar mercados de bonos de carbono. Bolivia ha planteado reducciones de 50% para el período 2013-2017 tomando como año base 1990.
• Un compromiso de mediano y largo plazo reduciendo gases de efecto invernadero en más de 100% hasta 2050, para garantizar un incremento de la temperatura no superior a 1°C.
• Creación de un mecanismo institucional de financiamiento de la adaptación, la mitigación, el desarrollo y transferencia de tecnología y el manejo de bosques, con fuentes públicas y con una escala basada en el porcentaje del PIB mundial, Bolivia ha planteado el 6%.
• Creación de mecanismos de transferencia de tecnología a países en desarrollo para que podamos desarrollarnos con energía limpia. Esto requiere que los países desarrollados eliminen barreras entre ellas las patentes. Para el año 2005 el 76% de las patentes de las energías renovables se encontraban en manos de Estados Unidos, Japón y países de la Unión Europea.