Rene Orellana Halkyer
"Nuestra lealtad debe ser para las especies y el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es sólo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto, del cual derivamos". (Carl Sagan)
El momento que vivimos
Hoy vivimos momentos difíciles en nuestros países y el mundo, la humanidad amenazada por uno de los tantos virus, pero aparentemente hasta hoy el más peligroso, pone en riesgo cientos de millones de vidas. Hasta el 13 de abril de 2020, el Coronavirus infectó a 1.853.183 personas y causó 114.248 muertos.
Se conmueven los pueblos del mundo, tiemblan los sistemas económicos, la vida social se contrae, se refugia en grupos familiares en las casas, en las comunidades rurales. El mundo en cuarentena. Sobrevivir es el desafío de este escenario de apariencia apocalíptico.
Los más pobres, los más vulnerables pasan hambre y la crisis de salud amenaza con convertirse en crisis de hambre, en crisis social y luego política. Tiembla la gobernabilidad, los sistemas políticos. Nadie se ha salvado del alcance de este enemigo invisible y silencioso, de una u otra manera todos hemos sido afectados y las repercusiones serán todavía más agresivas después que la crisis de salud termine y empecemos a re-construir nuestras sociedades y nuestras vidas.
El mundo no será igual después de esta tragedia. ¿Qué pasó con nuestra hermosa humanidad y nuestro planeta? ¿Qué hicimos mal? ¿Dónde están los grandes errores de esta humanidad tan golpeada y a la vez tan agresiva consigo misma y con la naturaleza? ¿Cuánto nos hemos lastimado y hemos agredido a la naturaleza? Una ola de reflexiones profundas recorre nuestras mentes.
¿Cuáles son nuestros referentes del futuro? ¿A dónde irán nuestras sociedades después de este golpe que equivale, como muchos dicen, a una guerra mundial?
¿Pero a dónde nos dirigimos? ¿Cuál es el mundo que debemos imaginar? Un miedo a la incertidumbre, a un camino invisible aturde nuestros corazones. No podemos volver al mismo mundo del que salimos después de la pandemia. Ese mundo lo causó. No podemos permitir que se repitan los mismos errores, incurrir en las mismas actitudes destructivas y autodestructivas.
De la emergencia y la debacle debe surgir un nuevo mundo. Un mundo distinto al que hemos destruido. Pero cuál es el mundo al que no debemos ni queremos volver. Veamos los rostros más brutales, más atroces del mundo que fue y que debe quedar atrás.
La guerra para dominar y hacer negocios
En los escenarios internacionales hemos vivido una reciente guerra comercial, guerras de aranceles pero también guerras del narcotráfico, guerras de control de territorios estratégicos
y control de petróleo y agua, de control de mares, guerras cibernéticas, entre otras. Este mundo de guerras está en cuestión. Los analistas dicen que recientemente vivíamos otra versión de la guerra fría. Grandes potencias en el ajedrez de la geopolítica mundial. Todas las guerras anteriores eran parte de esa guerra fría. Las invasiones para controlar recursos o territorios estratégicos son los medios favoritos del capital vinculado a la energía, al petróleo, a los recursos vitales. Los estados autoritarios son pretexto para explosionar pueblos y devastarlos.
- En Siria vivían 20 millones de personas. De todas ellas, al menos 278.000 han muerto, 6 millones han cruzado la frontera y otros 7 millones han abandonado sus casas.1 Desde 2011 hasta 2019 se registraron al menos 385.000 muertos en la guerra de Sudan del Sur. 2 Las muertes producidas por la guerra contra el narcotráfico en México desde 2011 ha registrado al menos 100.000 muertos.3
- Desde 2001 hasta 2019, al menos 131.000 personas murieron en Afganistán; sólo en 2016 más de 20,000 personas murieron en ese país y más de 10,000 murieron en Yemen.4
- Se estima que el gasto militar mundial fue de $ 1.822 mil millones en 2018.5
- Los gastos militares de Estados Unidos en 2018 fueron de 642 billones de dólares, más del 36% del total mundial destinado al armamentismo. Si a este monto se suma los países europeos y Canadá miembros de la OTAN los gastos militares de ese año suben a 987 billones de dólares6. En contraste, en 2018, la Ayuda Oficial al Desarrollo provista por países miembros de la OECD fue de 153 billones de dólares7.
- En 2019, los gastos militares de Estados Unidos fueron de 685 billones de dólares y del total de miembros de la OTAN fue de 987 billones de dólares.8
Debemos erradicar las guerras. El guerrerismo debería ser justamente hoy la principal víctima del coronavirus. Los afectos y los adictos a la destrucción, serán la rémora, el pasado que debemos confinar. Pero esto supone también erradicar las causas estructurales de las guerras. La pobreza, la marginalidad, las disputas de recursos naturales y riquezas, los intereses imperiales y neocoloniales en muchas regiones del mundo.
Los organismos internacionales deben actuar con el poder y la legitimidad que les otorgamos para su creación y funcionamiento. Su existencia misma hoy cuestionada para favorecer intereses nacionales sobre territorios y recursos, para facilitar estrategias de control geopolítico deben ser revertidos, regulados, controlados. Estos organismos deben abrir un espacio al diálogo.
Se debe crear un escenario de análisis sobre los imperialismos de diferentes escalas, sus actores e intereses, cuya existencia fáctica es indiscutible y va más allá de lecturas ideológicas. En 1961, Naciones Unidas y los representantes de países del mundo fueron lo suficientemente inteligentes como para leer la historia, identificar las relaciones de dominación y explotación, y crearon el Comité Especial de Descolonización o Comité Especial de los 24 de la Organización de las Naciones Unidas como órgano responsable de monitorear e impulsar el proceso de descolonización de los territorios no autónomos bajo administración de potencias coloniales, y erradicar el colonialismo. En 2019 existían todavía 17 territorios no autónomos en la agenda de este Comité.
Migrantes de guerras, de la pobreza, del hambre y de la crisis climática
Los humanos migrantes, hombres mujeres y niños que escapan a esas guerras fratricidas alentadas por estrategias geopolíticas y por intereses de control de recursos naturales, de riquezas y recursos estratégicos, se vieron obligados a vagar de una frontera a otra buscando sobrevivir. Los grupos de poder ambicionaban el control de personas y de territorios. Los fundamentalismos religiosos, ideológicos y financieros, los líderes del odio y nacionalistas excluyentes promovieron la destrucción como herramienta política. Olas de migrantes y refugiados de la pobreza, del hambre, de la guerra y de la crisis climática vagaban por el mundo. Millones de contingentes humanos peregrinan por el mundo y se arrojan a los mares y a los ríos que hacen de fronteras para alcanzar en barcos, por puentes o a nado las orillas de la sobrevivencia luchando por el alimento, por el trabajo. Y allí, en las aguas y desiertos de la desesperanza fallecen, son perseguidos, expulsados, discriminados y repudiados. En las entrañas mismas de los países ricos y desarrollados que alientan, dirigen o son culpables silenciosos de conflictos internacionales se acogen atemorizados y escondidos millones de seres expulsados y fugitivos.
- El mar mediterráneo se ha vuelto un cementerio. Solamente en 2017 al menos 2.726 personas han desaparecido o muerto tratando de alcanzar las costas europeas.9
- Hasta fines de 2018, 70.8 millones de personas fueron desplazadas forzadamente en el mundo. De los cuales 25,9 millones son refugiados de guerras.10
- 67% de los refugiados de 2018 provinieron de 5 países entre ellos Siria.11
Ser migrante es un estigma que se carga por toda la vida, viviendo a escondidas, ocultando la voz y asumiéndose vacío de derechos, inerme. No hay más desprotegido que el migrante en un mundo en el que se criminaliza al migrante, se lo persigue, se le extirpa su condición de ciudadano pleno y se le priva de la salud, la educación. El migrante se oculta, se esconde, pierde autoestima, se siente hostigado y vive en la sombra.
- El número total de migrantes del mundo en 2019 era de 272 millones de personas.12
- 13.9% del total de migrantes son niños.13
Ser migrante refugiado, desplazado por la fuerza, es doblemente más deshumanizante en un mundo donde se persigue al diferente y se castiga al foráneo, se lo ve como amenaza a la estabilidad, a las costumbres y la identidad de las sociedades, a esos muros tenebrosos de la exclusión, la segregación y la emulación de nacionalismos superiores o de razas y culturas superiores.
Un mundo tan horroroso se ha construido que las mas execrables taras de la historia de la humanidad, aquellas de las sociedades del desprecio y la destrucción renacieron en la modernidad alentadas por el mercado y el capital, por la ambición, el afán de enriquecimiento. Parece que el infierno estaría en la tierra.
El oprobio de la esclavitud renovada en la modernidad florece como un gran negocio. Todo es negocio y los humanos también lo son. Los más vulnerables, los negros, los pobres, los indios,
los refugiados los migrantes forzados por la guerra, por los impactos climáticos, por el hambre son cazados como presas para ser esclavizados. En 2017, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió que migrantes eran vendidos en los mercados públicos de esclavos de Libia. Al menos 20.000 personas fueron secuestrados por bandas criminales y esclavizadas. Los renuentes, reacios o escapistas eran castigados severamente. En diciembre de 2017, Femi Fani-Kayode exministro de Cultura de Nigeria informó que el destino final de los esclavos nigerianos que son traficados en Libia era ser "Capturados, mutilados y cocinados". Denunció que esclavistas libios extraían sus órganos y los asaban vivos.14 Libia, intervenida en 2011 por una coalición militar de 10 países, se convirtió en tierra de nadie, sin ley ni derechos, así como muchos países del mundo que son el limbo de estado y legalidad; allí no hay estado de derecho, los más elementales principios de humanidad son una ilusión. Estos limbos, son engendros de las guerras.
Los rostros de la esclavitud son tenebrosos:
- 40 millones de personas son víctimas de esclavitud moderna, de ellos 25 millones de personas se encuentran en situación de trabajo forzoso en 2016.15
- 4.4 de cada mil niños son víctimas de esclavitud moderna. 16
- 1 de 4 víctimas de esclavitud moderna son niños. 17
¿Este es el mundo que se ha construido? El mundo donde reina la oportunidad de ganar, lucrar, vender y comprar humanos, órganos, genes, mercaderías, cosas en general. El mundo de las cosas y del pensamiento “Cosistico”. Ese mundo es el que debemos repensar hoy.
La guerra es la madre de todos los males y de toda la ignominia; la guerra ha creado más hambre más exclusión, más esclavitud, más migración, más pobreza, más refugiados, más destrucción de la naturaleza y los ecosistemas de la madre tierra. Las guerras lastiman y los que usando el poder de las armas se sienten llamados a blandir soberbios su supremacía amenazando, practicando un matonaje mundial, regional, nacional, local, deben ser superados por la nueva historia que se escribirá después de este puente del coronavirus. No es apretando el caño de una pistola en nuestras cabezas que nos convencerán de ser sumisos, callados, obedientes, condescendientes, de ceder, entregar nuestra casa, desalojar nuestros hogares, perder la dignidad.
No es bombardeando los mares, los océanos, los manglares, las montañas y calles, los hospitales y escuelas, los bosques, los lagos, los ríos, los animales que se va a doblegar la vida de nuestra madre tierra, ahora ella respira libre de nosotros porque nos ha enseñado que la soberbia no puede ser la conducta de un mundo donde deberíamos ser hermanos entre nosotros y con la naturaleza. Si no construimos hermandad no podremos hacer un nuevo mundo. Y aunque parezca que este llamado a las fibras emocionales de nuestra humanidad profunda suena a una suerte de idealismo ciego a la realidad de las estructuras que subyacen a las guerras, creemos firmemente que la conciencia y las ideas tienen un poder transformador monumental. Esta es, por sobre todo, una voz más de las de millones que modestamente se suma a pensar que la mejor guerra es la de las ideas y que la conciencia de los pueblos puede conmover los muros de acero de los países pobres y los países ricos, de los gobiernos autoritarios y de todos los gobiernos en general que no escuchan las voluntades sociales.
Un sistema capitalista que mercantiliza todo, hace más ricos a los ricos
La riqueza en el mundo se concentra en pocas manos, la exclusión y la pobreza justamente hacen más vulnerables ante el coronavirus y otras enfermedades a los más olvidados de nuestras sociedades. Los ricos se hacen más ricos. Y contrariamente a la tendencia de avance en los indicadores mundiales de erradicación de pobreza y de erradicación del hambre, los datos nos muestran que el mundo sigue caminando hacia la autodestrucción.
El 1% más rico de la población mundial acaparó el 82% de la riqueza generada en 2017. En América Latina y el Caribe el 10% más rico de la población concentraba el 68% de la riqueza total, mientras el 50% más pobre sólo accedía al 3.5% de la riqueza total de la región.18
¿Cuáles son las imágenes de la desigualdad y las brechas entre ricos y pobres?
- El número de millonarios en dólares, conocidos como individuos de alto patrimonio neto, aumentó de 10 millones en 2009 a 13.7 millones en 2013.19
- Actualmente hay 16 multimillonarios en África subsahariana, conviviendo con 358 millones de personas que viven en la pobreza extrema. 20
- Oxfam ha calculado que si se hubiera gravado un impuesto 1.5% sobre la riqueza del mundo de los multimillonarios después de la crisis financiera, podría haberse ayudado a salvar 23 millones de vidas en los 49 países más pobres del mundo, proporcionándoles dinero para invertir en asistencia sanitaria.21
El hambre crece a tono con la concentración de riqueza
Las enfermedades, el hambre y la desnutrición siguen creciendo en nuestros países, acicateados por las guerras, el impacto de la crisis climática, las crisis financieras, la destrucción de los ecosistemas y de los recursos alimentarios. Sistemas políticos y económicos que promueven el enriquecimiento y la concentración de riqueza en pocas manos, que promueven la privatización de los servicios básicos y de la salud, que promueven modelos de mercantilización y privatización de la naturaleza, en fin, generan pobreza y erosionan los avances en desarrollo humano y social. Veamos algunos datos del hambre y la pobreza:
- 55% de la población del mundo no tiene acceso a protección social.22
- 736 millones de personas vivían en pobreza en 2015, 413 MM de personas se encontraban en África Subsahariana. 23
- 821 millones de personas estaban desnutridas en 2017, en 2015 eran 784 millones de personas. Es decir, la desnutrición está aumentando. 24
- 10 millones de personas desarrollaron tuberculosis en 2017.25
- 785 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable en 2017.26
El sistema tierra, nuestros ecosistemas naturales y hasta la luna está en riesgo
La naturaleza ha sufrido los embates de modelos de desarrollo agresivos, ha sido cosificada y ha perdido su condición de ser vivo. En medio de la crisis del coronavirus, parece respirar aliviada. Una cuarentena obligatoria ha silenciado los cielos y los mares, ha desalojado los bosques y los ríos, ha dejado de matar animales, los motores de los extractores de materias primas han parado momentáneamente. Las chimeneas contaminantes han cesado de emitir gases de efecto invernadero.
Nuestra relación con la naturaleza ha estado mediada por prácticas de extirpación, arrancando materias primas en cantidades excesivas. Nuevamente los términos: límites, sostenibilidad, vivir bien, patrones sostenibles de consumo y producción, restauración y regeneración de las funciones ambientales deben ser parte de un lenguaje con el que debemos construir nuevos sentidos comunes, nuevos razonamientos respecto de la naturaleza. Hay que desterrar los pensamientos normales y atrevernos a imaginar formas nuevas de vida, más simples, mas hermanadas entre humanos y con la naturaleza. Hay que romper el pensamiento homogeneizante porque donde todos piensan igual, nadie piensa (Walter Lippmann).
Una rápida mirada a algunos indicadores de destrucción de la naturaleza en el mundo nos señala el camino equivocado en el que andamos:
- 47% de los ecosistemas naturales se han deteriorado. 27
- 25% de las especies de animales y plantas están en riesgo de extinción. 28
- El porcentaje de especies en riesgo de extinción debido al cambio climático es del 5 % con un aumento de 2 °C en la temperatura, y asciende hasta el 16 % si el aumento es de 4,3 °C. 29
- Se estima que hacia finales del siglo, tan solo el cambio climático habrá hecho disminuir la producción primaria neta de los océanos entre un 3 % y un 10 % y la biomasa piscícola entre un 3 % y un 25 % (en escenarios de bajo y alto calentamiento, respectivamente).30
- Una quinta parte de las tierras del mundo están degradadas. 1 Billón de personas vive en esas tierras.31
- 1 ciudadano de USA requiere en promedio más de 7 hectáreas globales (hasg) para satisfacer todos los bienes que consume y uno de Europa entre 5,25 y 7 hag en tanto una persona de África requiere menos de 1,75 hag.32
- Más de 270.000 toneladas de plástico están flotando en los océanos del mundo.33
- En el océano pacífico flota casi un continente plástico denominado el Gran Parche de Basura del Pacífico que mide 1.6 millones de kilómetros cuadrados, es decir tres veces el tamaño de Francia. Tiene más de 100 kilogramos de plástico por kilómetro cuadrado.
- En 2016 el mundo generó 2 millones de toneladas métricas de basura sólida.34
- Al ritmo actual, se prevé que en 2050 se generen 3,4 billones de toneladas de basura, Los países ricos producen mayor cantidad de basura per cápita que los países pobres en consonancia con su huella ecológica.35
- La acidificación de los océanos debido a las emisiones de Dióxido de carbono (un gas de efecto invernadero) se ha incrementado en 26% y se incrementará hasta un 150% para el año 2100, matando especies marinas, corales, rompiendo el equilibrio de reproducción de la biodiversidad marina.36
- Los incendios y la deforestación ilegal están destruyendo nuestros bosques. Más de 800 millones de hectáreas de superficie forestal fueron destruidas o afectadas por desastres entre 1996 y 2015 según la FAO. Esto está afectando también a las fuentes de agua. Casi el 38% de las cuencas hidrográficas perdieron más del 50% de su cubierta de bosques antes del año 2000 y más del 40% para 2014.37
Pero no contentos con arañar, extraer, ronzar, rasgar, la tierra, los bosques, la biodiversidad, de esta madre tierra, ahora los líderes del extractivismo miran a la luna. Sorpresa y obnubilación
en nuestros ojos al ver que Trump acaba de firmar una orden ejecutiva para explotar los recursos minerales de la luna y de otros planetas38.
¿Sabrá este señor que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes” el 27 de enero de 1967? Tratado que fue ratificado por Estados Unidos el 10 de octubre de ese año. Un tratado visionario que dice a la letra:
“El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera.”(Art. II)
“Los Estados Partes en el Tratado deberán realizar sus actividades de exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, de conformidad con el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, en interés del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y del fomento de la cooperación y la comprensión internacionales.” (Art. III)
Seguramente este Tratado será también el blanco bombardeado por el pensamiento cosistico, por el pensamiento de la destrucción y la mercantilización de las cosas.
Esto nos motiva a pensar no sólo en la madre tierra sino en el padre-madre universo39, los cuales deberían estar en la agenda de los nuevos pensamientos y visiones en el ciclo histórico post-coronavirus. Porque somos partículas de este padre-madre, de su inmensidad hemos nacido, de ella y con ella vivimos, así como los seres que seguramente la habitan.
Esto nos demanda pensar el crecimiento futuro no como crecimiento económico sino como crecimiento de vida. Nuestra riqueza se medirá en cuanta vida somos capaces de crear respetando los límites de regeneración de los ecosistemas del planeta. Nuevos criterios de relacionamiento con la naturaleza deben pensarse, justamente las pautas relacionadas con los límites de regeneración y la restauración son criterios que deben volver a la mesa de discusión. La tecnosfera (todas las cosas construidas por el ser humano sobre el planeta)40 deberá estar restringida por esos límites y deberemos construir lo necesario para ser felices en complementariedad como la madre tierra y sus ecosistemas.
Suicidios, homicidios y feminicidios en un mundo que cosifica mujeres, deprime y maltrata a los jóvenes, niños y niñas.
Tenemos que darle sentido a la vida. La gente no es cosa, son hermanos y hermanas del mundo, hijos de la madre tierra y del padre-madre universo. La gente tiene que verse como esperanza, ella misma encarnar la ilusión de un nuevo mundo, la suma de mundos que se reconocen creadores y creativos harán un mundo mejor. Las comunidades de mundos, las últimas maravillas que colorean este mundo deben darnos sentido a vivir.
Si el amor germina y crece en nuestros hogares y comunidades, el amor dará a luz una vida de acciones y actitudes altruistas. Los jóvenes no deben suicidarse por la abulia y la desesperanza, por la violencia y el bullying, por el desprecio y el hostigamiento por ser diferentes, por ser
negros, negras, indias, cholas, migrantes, feos, feas, enfermos, discapacitados, raros y raras. Todos debemos ser raros.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2 de septiembre de 2019 titulado “Suicidio”41 nos ofrece estos escalofriantes datos:
- Cerca de 800 000 personas se suicidan cada año.
- El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.
- El 79% de todos los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos.
- La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo.
Los feminicidios y la trata de niñas y mujeres para la explotación sexual son también una marca de un mundo donde las personas son cosas para lucrar, cosas para maltratar y destruir, cosas para vender y comprar. Un informe de ONU Mujeres42da cuenta de lo siguiente:
- Se estima que de las 87,000 mujeres que fueron asesinadas globalmente en el 2017, más de la mitad fueron matadas por sus parejas o miembros familiares.
- 137 mujeres alrededor del mundo son asesinadas a diario por un miembro de su familia.
- Más de un tercio (30,000) de las mujeres asesinadas en el 2017 fueron exterminadas por su actual o expareja.
- Las mujeres adultas representan casi la mitad el (49 por ciento) de las víctimas de trata de seres humanos detectadas a nivel mundial.
- En conjunto, las mujeres y las niñas suponen cerca del 72 por ciento, siendo las niñas más de tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata.
- Más de cuatro de cada cinco mujeres y casi tres de cada cuatro niñas víctimas de trata lo son con fines de explotación sexual.
Deben acabar los feminicidios, los homicidios, los suicidios, los ecocidios, los biocidios. La libertad es el sentido de vivir. La libertad de pensar y de decir, de ejercer, de exigir derechos. La integridad de los seres humanos es sagrada porque es vida.
Los nacionalismos egoístas, excluyentes y dominantes destruyen las instituciones multilaterales
También vivimos hasta poco antes de esta coyuntura de salud una campaña destructiva de los acuerdos internacionales. Se bombardearon a los organismos y acuerdos multilaterales, se bombardearon a los tratados y convenciones ambientales, climáticas, de educación y salud, de derechos humanos, de derechos de migrantes y refugiados. Las guerras comerciales y las guerras armadas que mataron humanos se complementaron con una guerra contra la comunidad y la hermandad internacional.
El aislacionismo de las potencias de quienes se espera un liderazgo inteligente fortaleciendo el multilateralismo y abriéndose al debate internacional ha generado incertidumbre global y gobiernos seguidistas que no contribuyen a construir agendas de integración. La integración ya no sólo está en duda, peor aún, está en duda la coordinación internacional.
Estados Unidos ha seguido un camino peligroso de abandono y deterioro sistemático de entidades internacionales43:
- Suspendió su participación en el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio con Rusia, firmado por Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en 1987, y que prohibía los misiles nucleares de medio y corto alcance.
- Anunció en junio de 2017 que se retiraría del Acuerdo de París contra el cambio climático.
- En octubre de 2017, anunció su retirada de la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
- Se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. El TPP conformado por 12 países. - Abandonó el Pacto Mundial de la ONU sobre Migración y Refugiados en diciembre de 2017, a quien siguieron Hungría, Austria, República Checa, Israel y Australia entre otros países.
- Rompió con el acuerdo nuclear con Irán en mayo de 2018 y firmó una orden ejecutiva con la que reimponía su primera tanda de sanciones contra Teherán.
- Anunció en junio de 2018 su salida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU .
- Cortó los fondos que concedía a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en agosto de 2018.
A esto siguió un rosario de quejas y protestas contra la Organización Mundial de la Salud en plena crisis del coronavirus advirtiendo con un recorte de recursos financieros.
El efecto en dominó de estas defecciones y abandonos que han ido acompañadas de amenazas de debilitamiento de los acuerdos e instituciones multilaterales se ha caracterizado por la eliminación y disolución de acuerdos regionales, intra-regionales, e incluso degradando instituciones construidas a lo largo de años de esfuerzos para solucionar graves problemas humanos, ambientales, sociales, etc. Esto nos puede conducir a una confrontación de todos contra todos o a volver a la civilización internacional basada en disputas y conflictos sin principios de cooperación y complementariedad internacional.
Penoso cuando no grotesco fue el seguidismo insensato a estas corrientes anti-multilaterales que contagiaron a muchos gobiernos. Motivados por teorías de conspiración iniciaron una cruzada contras los fantasmas del socialismo del siglo 21 y enrumbaron contra la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), denunciaron su tratado constitutivo de 2011, y con ello perdimos la oportunidad de contar con órganos activos como el Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (COSIPLAN) o el Consejo Suramericano de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación.
El dedo acusador de valientes políticos hizo leña del árbol caído y descuartizaron la valiosa infraestructura construida para darle funcionamiento a este proyecto de integración regional, tachándola de “elefantes blancos”, gastos dispendiosos innecesarios en monumentos de cemento. Enfilaban ya las fuerzas argumentales conspirativas contra la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) cuando devino el coronavirus.
Hay que reflexionar profundamente a los líderes de nuestros países para que obren con sabiduría y no sean ecos de la moda de nacionalismos excluyentes o hagan buena letra con los líderes de las potencias. Tenemos que fortalecer y reconfigurar nuestros organismos multilaterales. El Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio ( ALADI) , la Comunidad Andina de Naciones (CAN), en fin, sólo para hablar de América del Sur, son entidades con un gran potencial. De hecho el tema de la “ciudadanía mercosuriana” era ya parte de la agenda de trabajo de MERCORUR antes de esta crisis.
La crisis de salud que vivimos nos deja una lección a todas luces visible: Debemos fortalecer los organismos de cooperación internacional, es imprescindible, recomponer y revitalizar los organismos internacionales. Una nutrida agenda de cooperación en salud, ciencia, tecnología, economía, comercio, financiamiento, educación, migración, paz, medio ambiente, cambio climático, en fin. Una agenda de vida debe ser acordada para construir la civilización mundial de la felicidad y la solidaridad. Una hermandad mundial debe surgir con un ceñido soporte de instituciones vigorosas de coordinación y de apoyo mutuo.
Tenemos que superar esa visión egoísta de “Primero mi país”. Las fronteras están en duda en términos de cooperación.
Debemos construir confianza y certidumbre respecto a la institucionalidad social, estatal nacional y multilateral. Debemos reconfigurar creativamente nuestros organismos internacionales de tal modo que tengan una cuota de poder suficiente otorgada por el colectivo internacional y profundamente legítima a los ojos de nuestra sociedades, de nuestros ciudadanos y ciudadanas.
Tratados, Convenios, Acuerdos, Declaraciones, Protocolos, Cartas Constitutivas, cualquiera sea la forma de nuestros concertaciones o arreglos institucionales y normativos deben apuntar a un cuerpo de principios de vida y por la vida, deben ser ratificados y ampliados, deben recibir adscripciones consistentes y comprometidas de los estados, las naciones, sus líderes, sus gobiernos. Los muros de nacionalismos recalcitrantes y egoístas son muros que deben ser derribados por la concordia y concertación global.
Es tiempo de la gobernanza mundial de la salud y la vida, y eso no se limita sólo a la ciencia y atención medica sino también a la erradicación de todas las formas y medios de explotación, esclavitud, discriminación y violación de derechos humanos y derechos de la humanidad, implica también la erradicación de las guerras. Para ello se requieren liderazgos morales y es menester que nuestros pueblos, nuestras sociedades se pongan a la altura de este reto, reconozcan, aliente, apoyen y pidan rendición de cuentas a los conductores con alta calidad ética y moral, con capacidad de entender, escuchar y con una riqueza de compromiso con la madre tierra y la humanidad.
Cierto, el coronavirus está matando vidas, pero pandemias más agresivas han destruido nuestros valores y comunidades y han degenerado el mundo llevándolo a la guerra y la destrucción. Necesitamos antivirales para los trastornos del espíritu individual de las personas, esa suerte de trastornos de comportamientos agresivos.
Hay que sustituir la geopolítica de las riquezas naturales por la geopolítica de los bienes vitales, atesorando la riqueza más vulnerable: la felicidad común y compartida de los seres humanos y naturales. Es momento de construir políticas a partir de un nuevo paradigma de valores y creencias. Estos paradigmas deben superar el antropocentrismo y el eco-centrismo, deben ser vita-céntricos, es decir, tener a la vida, desde una perspectiva holística, como el centro de todas las políticas globales, como la esencia misma de la ciencia, la tecnología, la educación, la salud, la economía, la política, en fin.
La ciencia y la tecnología, la inteligencia artificial y el conocimiento en general deben estar a tono con la inteligencia biológica de la vida y protegerla, cuidarla, curarla, restaurarla, desarrollar las fuerzas creadoras y creativas, regeneradoras de la naturaleza incluyéndonos en ella. Más y buena vida, debe ser un principio de la nueva contextura internacional.
Los público y lo privado, el mercado y la ganancia, la riqueza en todas sus formas (económica, cultural, científica, cognoscitiva, lingüística, espiritual, natural, en fin) debe ser distribuida con el criterio de igualdad, deben ser reordenadas en función de la vida.
Los organismos internacionales deben coadyuvar a crear y fortalecer sistemas globales de investigación científica que trabajen en red con investigadores e innovadores nacionales y compartir conocimientos y tecnologías médicas y de otros campos creativos y contribuyentes prodigiosos de conocimientos puros y aplicados para nutrir el vivir bien como horizonte civilizatorio. La cooperación abierta y solidaria debe ser la marca de la nueva institucionalidad internacional.
Un concierto de voces e instituciones mundiales deben desterrar los nacionalismos egoístas y segregacionistas.
Los autoritarismos y despotismos fructifican con el coronavirus
Nuestro mundo está plagado de diversas, directas e indirectas, veladas o expuestas formas de violación y constreñimiento de la libertad como principio creador de sociedades felices. Al calor de los nacionalismos excluyentes, emulando los modelos personalizados o institucionalizados de control totalitario de las personas y su pensamiento, emergieron los autoritarismos y los golpes de estado, la judicialización de la persecución política, la estigmatización de los comunitarios, de los proyectos libertarios, de los socialismos y los socialistas de los propagadores de la libertad y los derechos ciudadanos, los derechos civiles, los derechos de las mujeres, los gays, de lesbianas y homosexuales, de las razas, de los indios, los trabajadores, los niños, los adolescentes, las niñas, los derechos de los pobres, etc., etc., etc.
Bloqueos económicos, rémora de colonialismos decimonónicos, emergieron renovados acompañados de vozarrones amenazantes a tono con bloqueos mentales desatando una campaña para destruir a los insumisos, a los indómitos a los que no siguen al pie de la letra un modelo de democracia liberal occidental y único de democracia. De hecho los teóricos de estas corrientes ven justamente ahora en peligro estas fórmulas de democracia occidental en el nuevo contexto del coronavirus y claman por un Plan Marshall para salvar al mundo con el liderazgo perdido, convertido en ilegitimo por ellos mismos.
No olvidemos que el Plan Marshall fue una estrategia norteamericana para Europa occidental después de la segunda guerra mundial que ciertamente se acompañó de voluminosos financiamientos que fluyeron hacia países destruidos por la guerra para su reconstrucción, pero también tenían como objetivo evitar la propagación del llamado comunismo, difundir/configurar la democracia liberal, el mercado y la inversión privada posicionando capitales y mercados para las potencias liberales de su momento. El Plan Marshall le dio impulso a la moneda única, al dominio del dólar. Fue también una herramienta útil en la guerra fría.
Todo tiene su tiempo y su lugar. Este no es el tiempo de desempolvar planes sino de crear-aprendiendo y escuchando, recuperando lo bueno e innovando futuro. Es el tiempo de inventar y los que inventen tomarán el liderazgo.
No re-cocinemos planes con condimentos ideológicos del antiguo mundo, del mundo pre-coronavirus. El liderazgo de las ideas y la creatividad del pensamiento colectivo, comunitario, social, debe ahora dialogar y edificar nuevos planes globales, regionales, y nacionales. Debemos reconstruirnos nosotros, con nuestra creatividad, reconfigurando nuestras instituciones desde
las comunidades. Los sindicatos, las organizaciones civiles, las sociedades, desde nuestro tejido diverso de organización social.
La guerra contra el pensamiento, y no sólo contra la ideología, se hizo carne de este mundo que hoy es atacado también por el virus. Que el virus sea pues un pretexto para repensar el mundo y desmontar estas guerras y sus despotismos
La crisis del coronavirus es una oportunidad para agendar una discusión de sueños de un nuevo mundo, para esbozar y colorear el futuro que imaginamos, pero también puede ser un escenario para el despliegue de obsesiones guerreristas, para desplegar armas destructivas guiadas por mentes obtusas y belicosas, para ajustar más las políticas de bloqueo económico matando personas, para esparcir el terrorismo en todas su formas y en beneficio de diferentes intereses. Los delirios de dominación y grandeza serán, en el nuevo mundo, los virus que debemos destruir con un nuevo internacionalismo, el de la vida.
El coronavirus ha sido la oportunidad perfecta para que afloren las perversiones más ocultas, esa esquizofrénica obsesión destructiva de seres odiadores y afectos a la crueldad y el enfrentamiento.
El desprecio cuando no el odio al negro, al indio, al diferente, al migrante, al ilegal, al venezolano, al cubano, al árabe, al chino, al pobre, al que pudiera ser objeto de sospecha, al enfermo, al que estornuda, al que pudiera ser un riesgo para el orden de cuarentena y de egoísmo de nuestras cuatro paredes de cuarentena, empieza a volverse conducta normal. Hay que atacar con una dosis de virus contra la pobreza humana estos desprecios y extirparlos.
Quienes ejercen roles de gobierno deben hacerlo con modestia y altruismo, con serenidad y visión; aún más en estos momentos delicados que requieren la sutileza de un pensamiento inteligente y no la brutalidad de la represión, cuestión esta última que parece ser seductora para quienes carecen de humanidad suficiente para gobernar. Si por casualidad de la historia les tocó en esta coyuntura a los impetuosos (ansiosos de controlar y reprimir) el control del poder, lo ejercen sin duda con autoritarismo para excluir, perseguir, hostigar, en fin desahogar esas pasiones más bajas de la humanidad que tiene una marca: el odio y la venganza.
Las injusticias nadan gustosas en el fermento de la crisis desatada por el coronavirus. No podemos dejar de decirlo, en este breve ensayo de ideas formuladas como preocupaciones y preguntas: sentimos una impotencia profunda y una amargura por miríadas de actos de agresión a los derechos humanos pero sobre todo la agresión a los derechos de la humanidad. Cientos de bolivianos pobres, trabajadores, migrantes justamente, yertos y ateridos en la frontera entre Chile y Bolivia, pidiendo entrar a su país, con niños congelándose de frio y sufriendo hambre, mujeres embarazadas gritando como es obvio su derecho a volver a su casa en tanto el despotismo les niega el derecho a la vida, el ingreso a su propio país porque son sospechosos de coronavirus y su gritos rabiosos de hambre son asumidos como amenazas terroristas.
Muertos que ayer en vida eran amados, hoy botados en las calles de Ecuador esperando que alguien los entierre mientras el desorden y el desgobierno reina por doquier. Funerarias que aumentan precios de sus servicios para enterrar a las víctimas del coronavirus. Se sigue matando a nuestros muertos. Clínicas privadas que cierran las puertas a los enfermos de coronavirus.
En fin, esas son las taras que manufactura el pensamiento inhumano y antihumano que debemos desterrar, dejar atrás. El nuevo mundo no puede construirse con el totalitarismo como forma de control social y la violencia justificada políticamente. El nuevo mundo no requiere el
poder de aniquilamiento, el nuevo mundo debe edificarse con el poder creativo de la vida, del pensamiento y las ideas de vida.
No se debe normalizar la discriminación, hay que castigarla, identificarla axiológicamente, acosarla como forma de pensamiento y extirparla con la educación, la concientización, el conocimiento, la sabiduría.
Los antivalores de la vida deben ser aniquilados por el coronavirus para que emerja una nueva vida amante de la vida, de este tenebroso puente que estamos cruzando, desde la orilla del mundo de la esclavitud y la destrucción de la naturaleza a la otra orilla, la del mundo de la cooperación, con justicia sí, pero justicia justa, moral, ética, con los derechos de la humanidad y con la solidaridad y la generosidad como forma de vida.
El pensamiento atado y encapsulado es inerte estéril. Los esquemas y las doctrinas ciegan, enmudecen, crean infartos mentales y matan regiones del alma. Debemos ser por sobre todo librepensadores y ese es el principal fuego que acalora y colorea nuestras culturas y les da riqueza y diversidad.
Quédate en casa, sigue comprando y sigue consumiendo no puede ser la fórmula del nuevo mundo
Sería tenebroso que el quédate en casa se consolide con nuevas corrientes comerciales que reinventan las estrategias de ventas en función del aislamiento y la distancia/ruptura social. La reconfiguración de los negocios y las ventas, cerrando restaurantes, mercados populares, comideras de calle, quioscos y ventas populares donde hablamos y reímos, promoviendo las compras on line o los pedidos de cosas a casa. Si se sigue ese camino se van a construir nuevas sociedades, funcionalizando y consolidando nuestro encierro por temor a enfermarnos pero alentando igual el consumismo. El quédate en casa será después el compra y consume desde casa.
El mutismo social del pos coronavirus matará nuestras lenguas y el habla de nuestros pensamientos
¿Qué será de esa riqueza humana llamada idiomas, lenguas, dialectos, hablas populares, jergas, en fin, todo ese universo lingüístico con el que pensamos, cantamos, contamos e interpretamos la vida si el aislamiento social nos enmudece, si se expande el mutismo social como modus vivendi para no contagiarnos? Las previsiones de extinción lenguas hechas por la UNESCO, anunciaban, antes del coronavirus, que para 2100, más del 50% de las casi 6.000 lenguas del mundo desaparecerán44. Después del coronavirus, con el aislamiento social prescrito, regulado controlado ¿cuántas lenguas se extinguirán, cuántas palabras morirán exangües, olvidadas? ¿Cuánto pensamiento hablado fenecerá junto a la prescrita restricción de esas fuentes inagotables de reinvención de palabras: nuestras reuniones de tertulia? ¿Cuántas jergas, hablas grupales, hijas de esa pródiga inventiva que sale de nuestras bullarangas morirán? No habrá cajones suficientes para enterrar a nuestras lenguas coloquiales. Morirá la riqueza del habla comunitaria que son las fiestas, las tertulias, las charlas barriales, las conversas de barrio, las celebraciones, cumpleaños, encuentros de café, matrimonios, promociones, ceremonias, celebraciones santeras, carnavales, muchedumbres o montoneras bullangueras de estadios, de calles, de allí donde la creatividad retuerce y reinventa el habla e interpela a los lingüistas de academia. Toda esa cantera de nuestras lenguas, se extinguirá con el silencio recetado. ¿Cuánto del alma cultural de nuestros pueblos perecerá con cada palabra que muera por olvido, por no ser pronunciada? No. Tenemos que seguir hablando, cantando, contando. No podremos ser felices en un mundo donde nos saludemos con parpadeos a un metro de distancia.
Un mundo de súper inteligencias de entes virtuales y transhumanos está gestándose en la industria robótica
El desarrollo de la Inteligencia Artificial se acelera exponencialmente con una prodigiosa utilidad para la salud, la educación, los procesos productivos, la comunicación, etc. No obstante, es importante también reconocer que conlleva potenciales peligros que hay que identificar. Una peligrosa tendencia a la deshumanización y una mayor cosificación del mundo puede ser el destino de la inteligencia artificial.
La tendencia creciente hoy en día a la programación de las sociedades, con una industria que emula los programas súper inteligentes que regularán o regirán campos del conocimiento e incluso nuestras vidas cotidianas. La industria robótica sin principios éticos, sin guías humanistas y madretierristas, vaciará de vida espiritual nuestro mundo. Los seres humanos seremos calificados en obsoletos, inservibles, prácticos, útiles y funcionales cuando los robots superen nuestra inteligencia. Los humanos competentes y peritos serán separados de los deficientes, imperfectos o carentes de cualidades suficientes, midiendo a los seres humanos según su experticia.
Mientras más abarcador e integral sea el ámbito de gobierno de un robot, mayor cuota de poder tendrá para diseñar, rediseñar, crear, recrear, deconstruir y construir, resignificar, componer y descomponer redes neuronales artificiales, controlar, monitorear revisar y calificar no solo a otros robots sino también a humanos.
Qué pasaría si la humanidad termina siendo presa de la calificación y el poder de deshacerse de los sujetos humanos incompetentes. Una sociedad organizada para fines específicos, con roles definidos asignados a los sujetos, con cierta configuración predeterminada, previamente programada, requerirá de ciertos perfiles humanos que se complementen con los seres artificiales y probablemente con los híbridos o los humanos mixturados o consubstanciados orgánicamente con la cibernética, es decir con las combinaciones de humanoides robóticos, los llamados ciber orgánicos o Ciborgs. Caminaríamos hacia sociedades organizadas por el eficientísimo, monitoreadas y reguladas por un orden de valoraciones humanas autocráticas.
Las sociedades de entes súper inteligentes emergerán según algunos analistas en los próximos 30 a 60 años. El punto exacto de lo que se llama la singularidad no ha sido determinado y depende de la velocidad con la que avance el desarrollo tecnológico. La singularidad es el momento en que la inteligencia artificial dejará de ser dependiente del ser humano, y dará un salto a la súper inteligencia superando al ser humano. Cuando se produzca la singularidad seremos testigos y actores de sociedades en las que la humanidad tiene tres caminos: i) detener la singularidad destruyendo la tecnología o reconstruyéndola; ii) supeditarse a la súper inteligencia pasando de ser ente dominante y controlador a súbdito sometido a la misma (con la consiguiente discriminación funcional y utilitaria d las personas); o iii) evolucionar en dirección a robotizarse a sí misma para igualarse entrando ella misma en la singularidad.
Grave peligro se cierne aquí. Esta corriente tecnológica no comulga con el mundo que queremos construir. Debe abrirse un foro mundial de naciones unidas para discutir justamente este tema, que hace a la reconfiguración de nuestras sociedades y nuestros proyectos de sociedad, de
felicidad y prosperidad espiritual. La Unión Europea, por ejemplo, ha establecido ya normativa regulatoria y ética sobre la IA, advirtiendo que ésta conlleva riesgos potenciales45. No es conveniente dejar al libre mercado el desarrollo de la súper inteligencia.
Que la geopolítica del capital y los foros de las potencias no definan nuestro futuro
No podemos ceder la iniciativa de diseñarnos a los conglomerados bancarios o a los bancos centrales o a los G20, a los G5 o a los G7 o lo que sea. Van a maquillar el orden añejo, van a empastar de inteligencia artificial funcional al mercado y de fórmulas facilitadoras de la acumulación de riqueza, van a remozar el primitivo régimen de prosumidores (productores/consumidores). No podemos entregar el nuevo tiempo post-coronavirus a los conglomerados bancarios. Los temas de reindustrialización, relocalización de procesos productivos, de rehabilitación de cadenas de suministros o los cálculos de costos de oportunidad de futuras guerras comerciales así como la volatilidad de los precios del petróleo no pueden esbozar el nuevo orden regulador de las sociedades. No es en estos foros que se deben pensar las nuevas sociedades. En ellos no se sueña. Se suma, se resta, se estiman ganancias, pérdidas, se justifican “daños colaterales”. Deberíamos tener conferencias mundiales de desarrollo sostenible como la de naciones unidas del año 2012 llamada Rio+20; conferencias en nuestros barrios, comunidades, municipios, sindicatos, regiones, provincias países y en el mundo. Debemos reescribir el "futuro que queremos" (título del documento de la Conferencia Rio+20). Ya no serían conferencias de desarrollo, quizás sí de crecimiento humano, de felicidad, convivencia con la naturaleza. Allí muchos niños y jóvenes deberían hablar sin que nadie se ría como se reían líderes del viejo mundo de la niña sueca activista Greta Thunberg cuando exigía a las potencias que contribuyan con acciones efectivas a la crisis climática. Los propios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), deberían ser rediscutidos. Después de las dos guerras mundiales, las potencias repensaron el mundo en función del petróleo, del carbón, del agua, de los minerales, los bosques, los mercados financieros y de bienes. Se inventaron fronteras y países, se distribuyeron en porcentajes los territorios y se crearon hegemonías monetarias y financieras. El mundo de antes del coronavirus es el mundo de la posguerra. Si el Covid-19 equivale a la tercera guerra mundial, entonces la posguerra tiene que ser diseñada en otros foros y con otras hegemonías, con otras agendas temáticas. Quien defina el contenido de esas agendas tendrá dos caminos: i) esculpir el nuevo mundo en oro, en petróleo, empapelarlo de billetes, cotizarlo en dinero virtual, descuartizarlo y llevar los retazos al mercado de valores, desintegrarlo con armas letales de guerra; o ii) convertirlo en un mundo feliz, armónico, vestido y pintado con cielo, mar ríos, plantas y animales, todos los ecosistemas y seres vivos, todos los paisajes que son la casa de los seres vivos incluyendo sus montañas, sus desiertos y pedregales, todos, viviendo con derechos.
Que hablen nuevas voces y que se digan nuevas palabras para construir un nuevo mundo
Sostenibilidad, equilibrio y armonía, son principios que deben caracterizar nuestra actitud y práctica de vida respecto de la naturaleza. La madre tierra está temporalmente libre de sistemas extractivos y de la cultura de la basura y los desechos. Hay que pasar ahora la palabra a la naturaleza para que hablen los animales y las plantas, los árboles, los ríos., los mares, que se expresen con su voz y nos demanden respeto.
Es tiempo de los poetas y los filósofos. Es tiempo de los cuentos y las historias que narran los abuelos y abuelas. Es tiempo de los bailes y cantos de nuestras comunidades y nuestros artistas
de la vida. Evoquemos y convoquemos todas las formas de diálogo y de comunicación de nuestras culturas. Es tiempo de escuchar el alma de la gente, el alma individual y el alma colectiva. La razón debe sentir, la lógica debe percibir la sutileza de las emociones. Hay que hablar cantando como los ríos y las aves. Hay que prospectar el futuro presintiendo. Que hable el instinto individual y el de nuestras comunidades y culturas. Esa fuerza oculta que nos hizo sobrevivir, el pensamiento instintivo, reactivo, meditativo, el de los animales racionales y de los animales de la naturaleza, el de la inteligencia biológica, de las plantas y todas las formas de vida. Hay que abrir nuevamente un debate sobre la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje, sobre la ética, sobre cómo vivir bien.
Esto que parece casi un exabrupto de entusiasmo quizás inspirado en el aislamiento de la cuarentena pretende registrar en estas páginas virtuales algunas imaginaciones colectivas.
Si todos los expertos indican que no debemos darnos la mano, ni besarnos, ni abrazarnos, ni tocarnos en el futuro, entonces qué será de nosotros. Deberemos aniquilar todas esas expresiones de bienvenida y amabilidad, de respeto y agradecimiento, de cordialidad, de amor, de querencia, de respeto, de benevolencia. Tiene que haber un antiviral y una vacuna para todo esto. Nos resistimos y rebelamos a extirpar la continuación de nuestro amor en nuestros cuerpos. No vamos a recluirnos. Volveremos a socializar y a querernos y expresar nuestros sentimientos. De lo contrario será más horrible el mundo post coronavirus que el mundo que hemos dejado atrás.
Vamos a reinventarnos con amor. Empecemos a imaginar. Hay que construir comunitarismo sin separarnos. Desde ahí debemos crear acuerdos para nuevas relaciones sociales, nuevas creencias nuevas expresiones de amistad y de confraternidad. No es posible separarnos hay que reencontrarnos en la tierra y con la tierra.
Quizás el núcleo genético a partir del cual deberíamos construir el nuevo mundo está conformado por la unidad del humanismo, el madretierrismo y el comunitarismo. Desde esta tríada podemos pensar en reconfigurar el nuevo mundo. ¿Es posible? Pensemos en voz alta.
Nuestras religiones y creencias son sistemas culturales valiosos, diversos y pletóricos en filosofía y valores de vida. Allí hay fuentes inagotables de valores para esparcirlos por el aire y respirarlos para que sean parte de nosotros; que nos inmunicen. Hoy recordamos aquel poema de José Martí titulado Patria es Humanidad. Hoy diríamos que patria es humanidad y madre tierra, patria es vida. Ese debe ser el nuevo pensamiento de los militantes de la vida.
No es posible un nuevo mundo si no repensamos nuestras visiones ancladas en factores economicistas. La crisis del Coronavirus esta desencarnando las prácticas del “sálvese quien pueda” y el “muérase el que no pueda curarse”. Los males más perversos de los humanos están emergiendo de esta crisis. El egoísmo y el individualismo como estrategias de sobrevivencia ante los más débiles y vulnerables de las sociedades.
La armonía es probablemente hoy el plan y el camino, es la meta y el recorrido. Armonía quiere decir equilibrio, concordia, concierto, solidaridad, unión, afecto, ternura y amor. Debemos reconstruir nuestros valores y hacer un inventario de lo más maravilloso que la humanidad y la madre tierra han creado y han pensado. Esta es la época de caminar y pensar con el ritmo del viento y con el ritmo del agua. De volar con las aves y anidar en los arboles de nuestros bosques. Esto no es metáfora. Nuestras casas deben ser los bosques, los ríos, los lagos, los mares.
Nuestros recursos deben ser nuestras ideas y nuestro aprecio y amor a la vida en todas sus formas creadoras de vida.
Una gran revolución del pensamiento y de los sentimientos en armonía con la madre tierra debe emerger de esta crisis.
Citas del documento
1 El mapa de las guerras que siguen activas este 2019, 20.01.2019, https://www.lavanguardia.com/internacional/20190120/454204868905/mapa-guerras-2019.html
2 Idem Nota 1.
3 Idem Nota 1.
4 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2016.
5 Nan Tian, Aude Fleurant, Alexandra Kuimova, Pieter D. Wezeman And Siemon T. Wezeman, Trends in World Military Expenditure, 2018, SIPRI Fact Sheet, April 2019.
6 Defence Expenditure of NATO Countries (2013-2019), COMMUNIQUE PR/CP(2019)123, 29 November/Novembre 2019, https://www.nato.int/nato_static_fl2014/assets/pdf/pdf_2019_11/20191129_pr-2019-123-en.pdf
7 Organización de la Naciones Unidas, Official Development Assistance, 2018, https://developmentfinance.un.org/official-development-assistance
8 Defence Expenditure of NATO Countries (2013-2019), COMMUNIQUE PR/CP(2019)123, 29 November/Novembre 2019, https://www.nato.int/nato_static_fl2014/assets/pdf/pdf_2019_11/20191129_pr-2019-123-en.pdf 9EUROPA PRESS. 06/10/2017, https://www.europapress.es/internacional/noticia-mas-2700-muertos-mediterraneo-convierten-mayor-cementerio-migrantes-mundo-2017-20171006201421.html 10 UNHCR, United Nations High Commissioner for RefugeesTrends at a Glance. Forced Displacement in 2018. 11 Idem Nota 10 12 International Organization for Migration (IOM) United Nations. World Migrationr Report 2020. 13 Idem Nota 12. 14 Agencia de Noticias RT, 1 dic 2017. https://actualidad.rt.com/actualidad/256488-mutilados-asados-vivos-destino-esclavos
15 OXFAM, Even it up. Time to End Extreme Inequality, 2013.
16 Idem Nota 15
17 Idem Nota 15
18 OXFAM, 22 de enero de 2018, https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/el-1-mas-rico-de-la-poblacion-mundial-acaparo-el-82-de-la-riqueza-generada-el-ano)
19 Op Cit Nota 15 Pag. 32
20 Op Cit Nota 15. Pag. 32
21 OXFAM, Even it up. Time to End Extreme Inequality, 2013. Pag. 32
22 United Nations. The Sustainable Development Goals Report 2019, pag.4.
23 Op cit Nota 22. pag.4.
24 Op cit Nota 22. pag.5
25 Op cit Nota 22. pag.6
26 Op cit Nota 22. pag.9
27IPBES secretariat. IPBES (2019): Summary for policymakers of the global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. S. Díaz, J. Settele, E. S. Brondízio E.S., H. T. Ngo, M. Guèze, J. Agard, A. Arneth, P. Balvanera, K. A. Brauman, S. H. M. Butchart, K. M. A. Chan, L. A. Garibaldi, K. Ichii, J. Liu, S. M. Subramanian, G. F. Midgley, P. Miloslavich, Z. Molnár, D. Obura, A. Pfaff, S. Polasky, A. Purvis, J. Razzaque, B. Reyers, R. Roy Chowdhury, Y. J. Shin, I. J. Visseren-Hamakers, K. J. Willis, and C. N. Zayas (eds.). IPBES secretariat, Bonn, Germany. Pag.25
28 Ídem Nota 27
29 Op cit Nota 27. Pag.39
30 Idem Nota 29
31 United Nations. The Sustainable Development Goals Report 2019. Pag 18
32 WWF. Living Planet Report - 2018: Aiming Higher. Grooten, M. and Almond, .E.A.(Eds). WWF, Gland, Switzerland. Pags 32-34
33 UNDP. Human Development Report 2019, Beyond income, beyond averages, beyond today: Inequalities in human development in the 21st century. Pag.187.
34 Idem Nota 33.
35 Idem Nota 33.
36 United Nations. The Sustainable Development Goals Report 2019.
37 FAO. 2018. El estado de los bosques del mundo - Las vías forestales hacia el desarrollo sostenible. Roma. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO http://www.fao.org/3/i9535es/i9535es.pdf
38 The Guardian, 9.04.2020, https://www.theguardian.com/us-news/2020/apr/07/trump-mining-moon-executive-order . Noticias de Israel, 10.04.20 https://israelnoticias.com/economia/trump-explotacion-minera-de-la-luna/
39 Este tema es planteado y trabajado desde la visión del vivir bien por David Choquehuanca Céspedes, pensador aymara que fue Canciller de Bolivia y candidato a Vicepresidente en 2020. 40 La tecnósfera comprende todas las cosas fabricadas y construidas por el ser humano, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Se mide en peso por metro cuadrado o kilómetro cuadrado dela tierra. Peter Haff la define como "El sistema tecno-social global, que consume energía, que está compuesto por humanos, artefactos tecnológicos y sistemas tecnológicos…". (How humans are driving the sixth mass extinction). Véase también The Guardian: https://www.theguardian.com/environment/radical-conservation/2015/oct/20/the-four-horsemen-of-the-sixth-mass-extinction
41 Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
42 https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures
43 Texto extractado de “La Vanguardia”, 2.02.2019. https://www.lavanguardia.com/internacional/20190202/4657739335/especialidad-trump-bilateralismo-retirada-tratados-internacionales-estados-unidos.html
44 http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/CLT/pdf/FlyerEndangeredLanguages-WebVersion.pdf
45 La Comisión Europea ha aprobado recientemente varios instrumentos de regulación de IA. Entre ellos: i) “WHITE PAPER On Artificial Intelligence - A European approach to excellence and trust. Brussels, 19.2.2020 COM(2020) 65 final”; ii) Policy and Investment Recommendations for Trustworthy; y iii) High-Level Expert Group on Artificial Intelligence (grupo de expertos de alto nivel en inteligencia artificial)
Vease: https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/commission-white-paper-artificial-intelligence-feb2020_en.pdf ; https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/news/policy-and-
investment-recommendations-trustworthy-artificial-intelligence y https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/high-level-expert-group-artificial-intelligence